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martes, 18 de diciembre de 2012

Una historia de emprendimiento para no darse por vencidos


Esta es una de esas historias que te ayuda en esos momentos de desmotivación, para volver a ver tus metas y sueños, llenandote de energía para seguir adelante.
Se trata de la historia de Abraham Lincoln y de su claro ejemplo de persistencia y que nos puede servir de inspiración a todos.
Nacido en la pobreza, Lincoln enfrento la derrota a lo largo de toda su vida. Perdió ocho elecciones, dos veces fracasó en los negocios y sufrió un colapso nervioso.
Podría haberse dado por vencido muchas veces, pero no lo hizo, y como no lo hizo, se convirtió en uno de los más grandes presidentes en la historia de los Estados Unidos.
Fue un campeón al no dejarse caer ante su empeño. El siguiente es un breve relato del camino de Lincoln hasta la Casa Blanca:
  • 1816 – Desalojan a su familia de su casa. Tiene que trabajar para mantenerla.
  • 1818 – Muere su Madre.
  • 1831 – Quiebra.
  • 1832 – Se presenta para la legislatura estatal y pierde. También pierde su trabajo. Quiere entrar en la facultad de derecho pero no puede hacerlo por la falta de dinero.
  • 1833 – Pide dinero prestado a un amigo para iniciar un negocio y al final del año quiebra. Pasa casi diecisiete años de su vida pagando su deuda.
  • 1834 – Vuelve a presentarse para la legislatura estatal y gana.
  • 1835 – Se compromete para casarse, su prometida muere y queda destrozado.
  • 1836 – Tiene un colapso nervioso total y está en cama durante seis meses.
  • 1838 – Trata de ser portavoz de la legislatura estatal. Es derrotado.
  • 1840 – Trata de ser elegido en el Congreso. Es derrotado.
  • 1843 – Se presenta nuevamente para el Congreso – esta vez gana – va a Washington y se desempeña bien.
  • 1848 – Se presenta para la reelección en el Congreso. Pierde.
  • 1849 – Trata de ocupar el cargo de jefe de catastro en su estado natal. Es derrotado.
  • 1854 – Se presenta para el Senado de los Estados Unidos. Pierde.
  • 1856 – Intenta obtener la nominación para Vicepresidente en la convención nacional de su partido. Obtiene menos de cien votos.
  • 1858 – Se presenta nuevamente para el Senado norteamericano. Vuelve a perder.
  • 1860 – Es elegido presidente de los Estados Unidos
El camino era difícil y resbaladizo. Se me resbalaba un pie y sacaba el otro del camino, pero me recuperaba y me decía a mi mismo:
Es un tropezón y no una caída”. Abraham Lincoln.
Esto lo dijo después de perder una campaña para el senado.
Espero esto les sirva en momentos de bajo estado de ánimo o cuando el negocio no pinta bien, les recomiendo leer esta u otra historia inspiradora y luego volver a leer sus metas y visualizarse como en sus sueños se imaginan a ustedes mismos: siendo ganadores(as) y con grandiosos resultados, las baterías se recargan y la motivación reaparece.

Fuente: negociosyemprendimiento.com



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