Conversando con una poeta renombrada le contaba, sobre el
hecho de que en el almuerzo siempre dejaba en una
servilleta algún escrito.
En ella plasmaba cosas como ; el
valor de la vida , ,es el dinero importante, es el amor, sobre el
compartir , sobre el amar y ser amado, del aprecio y una
sonrisa justa cuánto valen, si esto es lo más importante de la vida. Cuanto apreciamos
y nos aprecian, que sentimos por ese
alguien y que a veces no siente por nosotros y que
Nos lleva al amor.
En esta servilleta escribía mis penas, y mis alegrías,
tenían que caber en ese pequeño entorno y apenas se acababan, debía
de coger nuevamente otra servilleta.
Un sueño, por servilleta, una frase de amor, el mundo es de papel,
o la lámpara esta triste, en esa servilleta quedaban las luces de
colores y el camino tambaleante y caía un rió.
Entonces cogía mi maleta y esperaba
nuevamente el turno de almorzar para coger nuevamente una
servilleta, y por segundos olvidaba el cansancio del día y las
preocupaciones, soltaba mis zapatos, me aflojaba la corbata y
el maletín y la servilleta esta, tomaba forma de mil colores, era
un barco, eran las piernas de la mujer amada, del sueño triste, de
la pintura abandonada.
Por eso me encanta escribir como lo hago donde
me encuentre , como lo estoy haciendo a la luz
tenue de un parqueadero.
Escribir como hace tiempo en un computador sin teclas
de lo viejo.
Escribía en pequeñas tarjetas, frases de amor, en esa época y
ahora también me encanta porque me encanta ver
una sonrisa, ver la forma en que los labios se dibujan.
Por eso de mi rio interior, en una servilleta y pequeñas palabras busco
el entorno.
Volviendo a la servilleta del almuerzo por ahí por esa
misma, paso el olor del verso, corto pero sustancioso, el silencio del beso, el
amor.
En una agenda impersonal también quedaron todos mis recuerdos,
como mares sinuosos y como olas, esta misma agenda impersonal y los papeles
sueltos están llenos de salidas y silencio, estas mismas salidas de
silencio del color en mis manos sin versos, pensé
entonces lo que más amo en el mundo es escribir, pero mi caligrafía
es horrenda y escribo en servilletas olvidadas del almuerzo.
Luiscazamora.lcz.
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